“Las cabezas las realizamos nosotros en la barranquita, pensando en hacer historia, ya que casi siempre cuando uno muere es cuando se le reconoce, esa fue la idea y tener un lugar atractivo en nuestra comunidad y atraer turismo, para que nos caiga empleo, ese fue el propósito, inclusive en aquel tiempo anduvimos viendo a más compañeros, pero solo nos animamos nosotros dos”, explicó Martín en entrevista para Diario de Querétaro.

Una de las cabezas es de mujer, tallada por Martín; mientras que la otra es de un indígena, cincelada por Fernando, son de cantera negra, y debido a la porosidad de la misma, en tiempos de lluvia se cubren de musgo y plantas que les dan una apariencia realmente hermosa. Ambas se encuentran ubicadas en el kilómetro 26 de la carrera 400 en el ejido de Escolásticas.

“Se me hizo agradable plasmar un rostro de mujer, iba a ser una virgen, pero después ya no fui por desidia y dejé el rostro, pero ya no quiero moverle porque ya la conocen así, nosotros nunca pusimos firmas, pero las hicimos Fernando y yo. Yo hice el rostro de mujer en tres ocasiones que fui en los meses de febrero, septiembre y agosto de 2014. El lugar donde están lo elegimos por ser un espacio agradable y digno para ellas, ya que se encuentra rodeado de árboles y piedras, uno disfruta estar ahí, más en el mes de junio que es cuando las cabezas se cubren de musgo y todo está verde”, compartió Martín.

Fernando mencionó les gustaba explorar la zona y encontraron ese lugar: “vimos las piedras y quisimos plasmar lo que nos gustaba, en mi caso me dedico a hacer varias caras y mascarones de indios, de los aztecas y de los mayas, me encantan estas culturas, por eso quise plasmar un indígena en la piedra, pero no se terminó, el rostro lo hice en seis horas durante dos días”.

Para acceder a ellas hay que caminar aproximadamente 10 minutos por un sendero que ya se encuentra marcado, hasta llegar a la barranca conocida por los habitantes como “Matambre” y al llegar a lo que parece un arroyo con poca agua, unos 50 metros a la derecha, podrás encontrarlas, es recomendable llevar ropa y zapatos cómodos, ya que el acceso es un poco difícil por las piedras y hojarasca.

“Nos gustaría que esto se haga más grande y que más compañeros de Escolásticas vengan a plasmar alguna figura en las piedras, las figuras ya están ahí, sólo hace falta descubrirlas”, expuso Martín.

Foto: Yolanda Longino | Diario de Querétaro

Martín es un artesano que inició su trayectoria de cantero a los 14 años, y ahora cuenta con 45 años de experiencia, comenta que antes se dedicaba a hacer todo tipo de figuras, pero ahora solo se dedica a la elaboración de vírgenes de Guadalupe, ya que es una imagen que tiene bien estudiada y le queda muy bien, y a raíz de un problema de visión, seguir elaborando esta imagen en diferentes escalas le ha permitido continuar ejerciendo su oficio.

De igual manera, Fernando cuenta con una trayectoria de 35 años, inició en este oficio a los 21. Aprendió por sus primos y conocidos “me dediqué más a lo que es la escultura tipo religiosa, he hecho esculturas del caballero águila y del jaguar, y de las últimas piezas grandes que realicé fue un San Miguel Arcángel”.

Foto: Yolanda Longino | Diario de Querétaro

Para la elaboración de las cabezas únicamente utilizaron cincel, martillo y una barra, y dando vuelo a su imaginación crearon este singular escenario, conocido ahora como el lugar donde “aparecieron” las misteriosas y famosas cabezas gigantes.

Ambos hacen un llamado a todas las personas para que visiten el lugar, para que lo respeten, cuiden y mantengan limpio, no lo destruyan y se lleven su basura, para conservarlo; al igual que a las autoridades para solicitar apoyo para hacer más grande, atractivo y turístico este proyecto que emprendieron dos artesanos de Pedro Escobedo.

Foto: Yolanda Longino | Diario de Querétaro

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